El recuerdo de Pocho Lepratti trasciende fronteras

Por Comunicación CTAA* | El militante social, integrante de ATE-CTA, Claudió ‘Pocho’ Lepratti, asesinado en la represión de las jornadas del 19 y 20 de diciembre de 2001, sigue presente en la memoria más allá de Rosario y Argentina. Pocos meses antes de morir en su lugar de trabajo por las balas policiales, participó de un curso en San Pablo, Brasil, donde los integrantes del Centro Ecuménicos de Servicios para la Evangelización y la Educación Popular, lo recuerdan entrañablemente.

Corre el mes de mayo en San Pablo. Un grupo de argentinas y argentinos se encuentra con otros latinoamericanos y africanos en un taller particular, en un espacio particular. Para algunos integrantes del Ceseep, hablar de Argentina remite a Claudio ‘Pocho’ Lepratti. El joven seminarista que había hecho de Barrio Ludueña en zona oeste su lugar y bicicleteaba todo Rosario para ir a laburar como asistente escolar a una escuela en zona sur, llegó en junio de 2001 a Brasil. Allí realizó un taller con una treintena de compañeras y compañeros de distintos lugares.

“Conocí a Claudio “Pocho” en el curso de militantes cristianos en 2001, que vino a través de otro compañero de Chaco, Jorge Collet. Lo recuerdo muy bien porque quedamos en el mismo grupo de estudio, era una persona muy simple, bastante tímida y con una profundidad muy grande con su experiencia de vida, su militancia política”, recuerda Cremildo Volanin, quien coordina talleres de Ceseep desde 1998.

Desde la izquierda, en segundo lugar se ve a Pocho

Cremildo, que porta una simpleza y ternura muy grande y se emociona al recordar a Claudio, fue quien recibió de la comitiva argentina el afiche con la cara de Pocho, que se realizó para la fecha del que hubiera sido su cumpleaños número 40. No lo dudó. Buscó una pared para ponerlo. En el salón de estudios del Ceseep descolgó una cruz y colocó el cartel de Pocho en un gesto conmovedor.

Pocho con sus compañerxs de formación

“Pocho se tornó tan presente, porque muchas veces se hizo en su memoria el mismo taller para militantes cristianos que compartió. Cuando supimos su muerte nos tocó muy fuerte aquí, especialmente al grupo de 32 personas que compartieron con él. Muchas personas siguieron escribiendo para Ceseep y enviando testimonios sobre él”, contó Cremildo.

Fue muy duro, cinco meses después de compartir casi un mes de convivencia con Claudio, enterarse de su asesinato. Hay una carta entrañable (ver abajo) que el colectivo que estuvo con él en San Pablo escribió con tal afecto que emociona. Volanin recordó que Pocho “vivía con sus pelos desacomodados. Era una persona muy respetuosa y querida por todo el grupo. Deja su legado de militancia política, por su lucha que le costó la vida, es un ejemplo, un mártir de la militancia”. Para el referente del Ceseep “Pocho vive, la lucha sigue. Inclusive aquí e Brasil Pocho es muy recordado y su legado nos da impulso para que sigamos luchando”.

La imagen del Pocho, presidiendo el salón de estudios de Ceseep

*Comunicación CTAA – Lautaro Castro y Sofía Alberti

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