Tratados de libre comercio: ¿libre para quién?

Por Sofía Alberti* | Se desarrolló en Rosario la segunda jornada del taller “Organización Mundial de Comercio y Latinoamérica: ¿volver al mundo o caerse del mapa?”. Los encuentros organizados por CTA Autónoma y ATE Rosario exponen los vínculos reales que implican los tratados bilaterales y multilaterales de comercio que vienen de la mano de las trasnacionales que se especializan en ganar, contra los pueblos a quienes quieren convencer que su destino es especializarse en perder.

María Elena Saludas, integrante de la Asociación por la Tasación de las Transacciones financieras y por la Acción Ciudadana (ATTAC) y coordinadora del taller valoró los avances en el debate de los y las participantes en torno a los sistemas multilaterales de crédito de la mano de la OMC. Ese camino tiene, además del aprendizaje y el empoderamiento, otro horizonte: la cumbre de los pueblos que se hará como contrapartida de la reunión ministerial de la OMC que se realizará en Argentina en diciembre de  este año.

“¡Es la Economía, estúpido!”

Aquella frase,  sello de la campaña de Bill Clinton para Presidente de EEUU en 1992, sigue siendo útil para comprender varias cosas que pasan. “La Organización Mundial de Comercio mercantiliza la naturaleza y la vida”, define Saludas para empezar.  Es que, en tanto organismo multilateral de comercio, el espacio tiene como objetivo de máxima generar las condiciones jurídicas para que las multinacionales incrementen su margen de ganancias haciéndose de nuevos mercados. Mercados que son en realidad algo bien concreto: países con tierras, bienes comunes, gente y leyes que, para ‘no afectar la previsibilidad’ de los inversionistas, deben adaptarse.

Daz

Para Raúl Daz, Secretario Adjunto de la CTAA Rosario y dirigente de ATE Rosario, la apertura desmedida de importaciones, la desregulación del mercado en beneficio de las empresas, la baja de aranceles y la actual avanzada para aplastar los convenios colectivos de trabajo en Argentina  de la mano del macrismo, tienen que ver con eso. “Hay una relación directa entre la economía de mercado avalada por el Estado y las condiciones en las que los trabajadores se relacionan con ese mercado. Necesitan trabajadores precarizados para llevar adelante este proceso económico de concentración de la riqueza”, asegura.

El acondicionamiento que el establishment internacional exige para invertir en los países incluye un paquete de medidas y garantías que en muchos casos son inconstitucionales. Y lo son porque bajan a la categoría de servicios a los derechos humanos como la salud y la educación, porque el acceso a determinados bienes y servicios fundamentales se vuelve un lujo y porque ante un Estado que se corre, las decisiones las toman los empresarios con poder de veto.  Sin dudas la reforma laboral implementada en Brasil y la avanzada en Argentina sobre la justicia del trabajo, las condiciones laborales, el derecho a huelga y el derecho a trabajar lisa y llanamente, son parte de los requerimientos para Latinoamérica pueda ‘volver al mundo’.

“Las grandes corporaciones trasnacionales del agronegocio y la alimentación, entre otras, son las grandes beneficiarias del esquema económico que propone la OMC. Lo que ellos quieren es un marco jurídico de protección de inversiones. Si están contaminando en una ciudad y hay una legislación local que puede cuestionarlos, ellos se remiten al tratado que está firmado entre los dos países. Estos tratados bilaterales y multilaterales están por encima de las constituciones nacionales, que deben dar concesiones para que esas inversiones vengan”, detalla Saludas.

“Actualmente hay 58 tratados bilaterales de inversión en Argentina que comprometen nuestra legislación e inciden en la definición de políticas públicas, que incluye recortes presupuestarios, los topes salariales y querer privatizar el acceso a los servicios básicos”, explica la Secretaria de Medioambiente y Condiciones de Trabajo de la CTAA Provincial, e integrante del grupo de Bienes Comunes, María Celia Galarza.

Entonces, si se afectan las decisiones de Estado, se ataca la soberanía nacional. Y con ello también la denominada ‘soberanía alimentaria’, que es ni más ni menos que  el derecho de los pueblos a decidir qué, cómo y cuándo producir, guardando siempre el cuidado de la semilla orgánica, criolla. Algo que se puso sobre el tapete ante el avance de los transgénicos  y la expansión de empresas como Monsanto. “Gracias a los Tratados de Libre Comercio (TLC), estas empresas despojan territorios habitados ancestralmente por campesinos, campesinas y pueblos originarios”, resalta Galarza.

Visita ingrata

Entre el 10 y el 13 de diciembre la cumbre ministerial de la OMC será en Argentina. Pasaron doce años de aquel inmenso “NO al ALCA” (Alianza de Libre  Comercio de las Américas) que se desarrolló en Mar del Plata y el clima neoliberal que atraviesa Latinoamérica promete resistencia. Porque además de todo, el inicio de la cumbre condice con el Día Internacional de los Derechos Humanos y la asunción de la nueva camada de legisladores nacionales.

“Empieza una campaña para repudiar no sólo las actitudes de este gobierno, sino las intenciones internacionales de los grandes grupos económicos que se van a juntar en Argentina con la OMC. Porque vienen a apropiarse de la riqueza que generan los trabajadores como motor de la historia”, concluye Daz.

La instancia de formación culminará el próximo sábado 12 de agosto en San Lorenzo 1879. De 9.30 a 13.00 horas, se abordará el último eje de los tres encuentros: “OMC en la geopolítica actual. Los diferentes temas que se negocian. Historia de las resistencias de los pueblos contra el Libre Comercio en todas sus formas. Alternativas a nivel local, regional y mundial”.

Nota, fotos y video: Sofía Alberti, Comunicación CTA Rosario – Provincia de Santa Fe

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